El divorcio es la disolución legal de un matrimonio, permitiendo a ambas partes recuperar su estado civil de soltería. Existen distintas formas y causales para alegar un divorcio, siendo la más simple el divorcio por mutuo consentimiento, donde ambas partes acuerdan terminar la relación de manera amistosa y con acuerdos previos sobre la división de bienes, custodia de hijos y otros aspectos relevantes.
Una situación recurrente, es que las personas posponen por distintos motivos iniciar el proceso de divorcio, abarcando situaciones que van desde la falta de acuerdos entre la pareja hasta la creencia errónea de que la separación en si es suficiente para su disolución; sin tomar en cuenta los múltiples obstáculos y problemas que puede traer a futuro.
Por un lado, la parte más importante se trata de que al estar casados los cónyuges, no es posible contraer un nuevo matrimonio, ya que el antiguo aún se mantiene. Las personas suelen olvidar este tema y no prestarle atención, cuando en realidad es algo que en el futuro puede afectarlos. Este impedimento no solo limita la libertad personal de iniciar una nueva vida matrimonial, sino que también puede generar conflictos y complicaciones legales si uno de los cónyuges intenta casarse de nuevo sin haber formalizado el divorcio.
En el caso de la muerte de un cónyuge, el cónyuge sobreviviente, al estar casado, puede entrar a reclamar como parte dentro de una sucesión intestada. Esto puede complicar el proceso de distribución de bienes entre los herederos legítimos, generando conflictos y posibles disputas legales. Además, si se está teniendo una pareja sin estar casados y se desea hacer un matrimonio de hecho o matrimonio de hecho post mortem, no es posible ya que existía una relación previa que nunca fue disuelta. Este aspecto es crucial para aquellos que buscan formalizar una nueva relación después del fallecimiento de su cónyuge.
Adicionalmente, la posibilidad de acceder a distintos beneficios como la pensión por sobreviviente requiere que la persona fallecida haya mantenido un estado de singularidad o soltería. Si estaba casado, su pareja en ese momento no podrá acceder a estos beneficios. Esto significa que, a pesar de haber convivido y compartido una vida juntos, la pareja sobreviviente podría quedar desprotegida financieramente debido a la falta de un estado civil adecuado. Es fundamental considerar este aspecto para asegurar que los derechos y beneficios sean otorgados correctamente a quien corresponda.
Por estos motivos, independientemente de la causal aplicable para el divorcio, corresponde hacer este trámite para evitarse situaciones que lamentar. No solo se trata de finalizar una relación que ya no funciona, sino de proteger tus derechos y asegurar un futuro sin complicaciones legales. Si te encuentras en una situación donde el divorcio parece ser la única salida viable, es importante buscar la asesoría adecuada para llevar a cabo el proceso de manera efectiva y justa.
En Garzón & Durán comprendemos la complejidad de estas situaciones y ofrecemos soluciones personalizadas que satisfagan las necesidades específicas de nuestros clientes. Contáctanos hoy mismo para una consulta y descubre cómo podemos asistirte en este proceso, asegurando que tus derechos y bienestar estén siempre protegidos.